Al final del una semana de trabajo, busco desbloquear todo aquello de lo que me privó el cansancio, y su falta de inspiración que me mantuvo lejos de mis dosis diarias de aspiración, a convertirme en un mejor poeta o al menos en un decente escritor.
Para recuperar a la musa que me hace un principiante escritor, recorrí calles en búsqueda de un solitario rincón, al cual apegarme y refugiarme para escribir, en el cual desahogarme en el papel para volver a ser feliz, y de todo ese viaje aprendí, que el sitio siempre se encontró en mi, en mi paciencia y determinación, y en como observaba este mundo en el que el universo me creo.
Para recuperar a la musa que me hace un principiante escritor, recorrí calles en búsqueda de un solitario rincón, al cual apegarme y refugiarme para escribir, en el cual desahogarme en el papel para volver a ser feliz, y de todo ese viaje aprendí, que el sitio siempre se encontró en mi, en mi paciencia y determinación, y en como observaba este mundo en el que el universo me creo.
Atte. El Noctámbulo más despierto
Hermosas palabras... tan mitificado que está el tema de la inspiración, y lo único que se necesita saber es que todos vivimos inspirados, totalmente iluminados.
ResponderEliminarComo bien dices, hay que aprender a buscar dentro de uno mismo las ideas, las musas. Desdoblarse en el papel, desdoblar el mundo.
Y bueno, si de todas maneras sientes que la inspiración es algo que llega desde fuera, es mejor que te pille escribiendo. Siempre.