Fantasía versus realidad, donde el niño quiere correr el adulto quiere caminar, donde el niño quiere volar, el adulto sentado desea estar, tan distintos son, o quizás es el adulto el que desea proteger al niño de esta dura realidad, o el niño es quien no desea que el adulto se sumerja en dolor de vivir sin sueños y sin amor, y debido a eso es una lucha constante entre los dos, izquierda y derecha al mismo tiempo, frio y calor, amar o no amar, correr o quedarse, tantas decisiones que se van dando como resultado de la lucha de estos dos.
Lograr un acuerdo entre ambos es la tarea de nuestra alma, es una experiencia que se va ganando escuchando a cada uno es diferentes situaciones de la vida, ya que a veces hay que arriesgarse y vivir como niños, disfrutando de la felicidad que nos brinda la vida, soñar e imaginar un mañana lleno de emociones que llenan y desbordan el corazón, y a veces hay que ser un adulto en la forma de vivir, tomando las decisiones maduramente y sin egoismos de por medio, velando por un bien mayor, y como parte de esta sociedad, a veces como dije, el adulto es quien protege nuestra infantilidad y la infantilidad es lo que nos permite seguir luchando como adultos cuando la vida lo amerita.
Atte. El Noctámbulo más despierto.
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