viernes, 23 de julio de 2010

Detalles y sus muchas facetas


¿Testarudos?¿Porfiados?, yo se que lo soy y se que me motiva a serlo en ciertas situaciones, pero no entiendo por que se deben complicar tanto a veces las cosas, por que algo tan sencillo se transforma en algo complicado, donde uno toma a la ligera y otro le coloca mucho peso, donde uno actúa despreocupadamente el otro se preocupa, detalles crecen en importancia, o quizás acumulación de detalles que adquieren valor, y sirven como señales de advertencia, ya que en esta vida, como dicen, todo ocurre por una razón, y quizás lo que moleste no sea el detalle, sino la razón detrás de el, e incluso la falta de razón, ya que la falta de consideración por los sentimientos del otro siempre tendrá peso, y a veces uno no se da cuenta de cuanto peso le va colocando a todo lo que considera valioso, llegando a un punto donde  todo alcanza su punto máximo de resistencia, y todo se derrumba a nuestros pies.


Atte. El Noctámbulo más despeirto.

2 comentarios:

  1. Me llega el asunto. Eso de complicar las cosas por irrelevancias, intrascendencias...
    A mi me da la impresión que esos choques por situaciones -que no ameritan más que el olvido-, son excusas. A veces se siente una carga que necesita se expresada, y se canaliza en ira al más mínimo roce. Y la ira nubla la razón. Y si, todo se empieza a derrumbar.
    Debemos aprender a tener la cabeza fría aunque el corazón arda.

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  2. Claro, mantener la cordura en la insanidad del momento, una mente helada en un incendio de mal entendidos o pasiones desbordadas.

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